La póliza de Todo Riesgo Operativo está diseñada para indemnizar los daños materiales directos, y complementariamente la interrupción del negocio, que puedan ocurrir durante la operación industrial o comercial en grandes empresas. Su espectro de cobertura es muy amplio y, conceptualmente, cubre los bienes asegurados contra cualquier peligro no expresamente excluido.